La diplomática advirtió que teme por su integridad física y sufre de una “vulneración extrema”.
La embajadora de Bolivia en Rusia, María Luisa Ramos, envió una carta a la ministra de Relaciones Exteriores, Celinda Sosa, denunciando que Carlos Ernesto Moldiz Castillo —hijo del exministro Hugo Moldiz y actual consejo de la misión diplomática en Moscú— impulsó su destitución y otras sanciones administrativas de carácter pecuniario.
Según una nota enviada el 5 de julio, clasificada de “urgente e importante”, Ramos sostuvo que el proceso en su contra fue distorsionado, pero, además, que Moldiz Castillo “actúa con odio y de manera irresponsable”.
La embajadora también cuestionó a la Jefatura Transparencia de la misión diplomática porque no actuó con imparcialidad: “Más al contario asumió los argumentos de Moldiz como verdad y evitó hacer una investigación amplia de los hechos”, indicó.
El conflicto está vinculado a un viaje de diplomáticos bolivianos para un curso en Rusia, el cual “fracasó en diciembre de 2024”, con pérdidas económicas.
“Debo afirmarle que no me aferro al cargo, pues si el señor Moldiz ansía tanto quedarse en el cargo como Encargado de Negocios, entonces que lo logre de manera honesta y no de esta forma y peor aún, utilizando una estructura estatal”, afirmó en su carta.
Ramos advirtió que “el asunto es tan grave” que afecta la imagen de Bolivia en Rusia e incluso se involucra a la Academia Diplomática de ese país.
Asimismo, la embajadora denunció que Moldiz Castillo junto al nuevo segundo secretario de apellido Mamani Cuenca, actúan de forma agresiva contra ella. Señaló que teme por su integridad física y sufre de una “vulneración extrema” debido a las agresiones psicológicas diarias.
Indicó que evita el contacto directo y se vio obligada a comunicarse únicamente mediante correo electrónico y notas internas.
“En la embajada de Bolivia en Rusia se ha instalado, por parte de Carlos Moldiz, un sistema represivo, super controlado, obsesivo, de terror. No solo hacia mi persona, sino también de duro amedrentamiento hacia cualquier ciudadano que tenga cercanía con esta embajadora”, denunció.
Ramos afirmó que Moldiz no solo pretende contralar la embajada, sino también influye en la oficina central, lo cual ha generado una situación “peligrosa” porque la embajada “no funciona normalmente”.
Según Ramos, el desconocimiento de las normas, términos y procedimientos, además de la jerarquía por parte de Moldiz Castillo y Mamani Cuenca “ponen en riesgo la estabilidad y la imagen de Bolivia en Rusia”.
Además, denunció que ambos envían notas oficiales las autoridades de Bolivia y Rusia sin su consentimiento y omitiendo aspectos básicos como el significado de “sede de funciones” o “jefe de misión”.
“Moldiz ha convencido a Mamani que él es su jefe, y Mamani le dirige notas a él. A su vez, Moldiz se dirige directamente con notas a usted Ministra, al Vicecanciller, a otros viceministros y a directores”, denunció la embajadora.
