Blooming ganaba por 2-0, pero sorpresivamente se vino abajo y le permitió a Bolívar crecer hasta lograr darle la vuelta al marcador (2-3). Callejón, Castellón y Pereyra marcaron para la visita. Arano y Ríos, para el local
Lo ganaba Blooming, lo saboreaba Blooming tras haberse puesto en ventaja por 2-0, pero cuando menos se lo esperó, errores fatales le permitió a Bolívar reaccionar hasta darle vuelta al marcador. El 2-3 terminó siendo un duro castigo para los cruceños y un merecido premio para la visita que no bajó los brazos y que comenzó a creer de que se podía luego de que Juan Miguel Callejón logró descontar. El choque fue por la séptima fecha en el Tahuichi.
Pesó en el local la salida de Cristhian Latorre, la mala entrega de Fernández para el 2-2 parcial y el error de Velásquez cuando la pelota se le escurrió para el 2-3 final que hizo Pereyra Díaz. Para Blooming fue un baldazo de agua fría porque tenía controlado el partido, había hecho un gran primer tiempo y encima golpeó con el 2-0 parcial apenas se reinició el juego. Pero reinó el descontrol en momentos decisivos y ante Bolívar esos errores se suelen pagar caro.
Blooming comenzó bien, taponeó a Saavedra, con Sánchez y Fernández, y controló al ‘Conejo’ Arce a través de Cueto. Pero, además, generó las mejores opciones, con un Ríos encendido que fue incontrolable para Flores por derecha generando claras opciones como aquel centro que Joselito Vaca (34’) no pudo conectar con arco a disposición. Pero, además, presionó y hasta obligó a que el mismo Flores y Jusino, retrocedieran bastante.
A los 16’ el local se puso en ventaja a través de un tiro penal cobrado por Gery Vargas. Tras el centro de Ríos, Jusino puso la mano y el juez no dubitó: Paúl Arano pidió la pelota y liquidó al meta Leonel Moreira para provocar el festejo. El 1-0 dio confianza, pero además premió a un equipo sólido en el medio y muy concentrado por las bandas. Arriba eran picantes, porque cada ataque de Ríos y Menacho fue con una velocidad que incomodó a los zagueros.
Bolívar estaba desconcertado, no encontraba el espacio pese a que Callejón retrocedió unos metros buscando asistir a Pereyra Díaz, Arce o Saavedra, pero sin lograrlo. En realidad la más clara de Bolívar fue un remate de Cristhian Latorre que en su afán de despejar por poco y sorprender al meta Cordano. Con la ventaja local se fueron al descanso, aunque dio la sensación que Blooming mereció más, por el riesgo permanente que generó Ríos.
En el complemento el arranque de la academia cruceña fue bueno porque Ríos que venía haciendo un gran partido, tuvo su premio a los 50’ tras gran jugada de Junior Sánchez y aprovechando la confusión entre Machado y el arquero Pereyra. El 2-0 afianzó aún más a un equipo que era superior en todo sentido, sin embargo, Bolívar logró el descuento a través de Callejón (58’) luego de que Cueto no lograra cerrar bien por derecha. Ese 2-1 fue clave.
Bolívar se dio cuenta de que podía, adelantó líneas y logró el 2-2 de una forma inesperada ya que el regalo de Fernández hacia Castellón fue único y el delantero (64’) que había ingresado por Cárdenas en el complemento definió muy bien ante el meta Cordano. En Blooming ya no estaba Latorre que se había ido por lesión y el mediocampo no tuvo la solidez mostrada con él en cancha; encima esa confianza construida durante el partido se vino abajo en poco tiempo.
Y como la visita estaba embalada consiguió el 2-3 final luego de otro garrafal error: falló en el despeje el paraguayo Velásquez y Pereyra Díaz (71’) que esperaba ese error, liquidó al meta rival para el 2-3 definitivo. Premio a la confianza, a la fe de la visita, y castigo para un equipo que no supo manejar su ventaja. Los ingresos de Cayo Lijerón y Orozco no fueron gravitantes y más bien le permitió a Bolívar manejar con comodidad el juego. El 2-3 ya era suyo.
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