Washington planea colocar sus proyectiles de alcance intermedio en la región tras la salida del Tratado INF, mientras que Pekín se manifiesta categóricamente en contra.
Washington mantiene consultas con varios países aliados sobre el potencial despliegue de misiles convencionales de alcance intermedio en Asia, según afirman desde el Departamento de Estado de EE.UU.
"Esa es una decisión soberana que deben tomar los líderes de esos gobiernos", aseveró Andrea Thompson, subsecretaria de Estado para el Control de Armas y Asuntos de Seguridad Internacional, en respuesta a la indagación de un periodista.
Tras la retirada de EE.UU. del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés) —que perdió su vigencia el pasado 2 de agosto—, Washington dejó en claro que ahora es libre de desplegar en cualquier parte del mundo misiles con rangos de entre 500 y 5.500 kilómetros.
Como posibles candidatos a albergar estos proyectiles se barajan Corea del Sur, Japón y Australia, países desde los cuales los nuevos proyectiles podrían alcanzar el territorio de China.
El gigante asiático, por su parte, posee un gran arsenal de misiles de rango intermedio, pero afirma que no pueden alcanzar el territorio continental de EE.UU.
"Lo que les puedo decir es que cualquier decisión que se tome en la región se tomará en consulta con nuestros aliados. Esta no es una decisión unilateral de EE.UU.", aseguró Thompson.
Pekín ha advertido de consecuencias si la nación norteamericana procede con este despliegue, que según altos cargos estadounidenses estaría a años de distancia. Algunos analistas creen que China podría reaccionar con un boicot económico o sanciones análogas contra los países que alberguen el armamento.
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