Identifican y condenan a muerte en Irán a varios "espías de la CIA"

El Ministerio de Inteligencia iraní ha detenido a 17 personas acusadas de haber desarrollado actividades de inteligencia por la CIA en territorio del país persa.


Irán habría identificado a 17 espías de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA), informaron este lunes medios locales, citando una fuente del Ministerio de Inteligencia del país persa.

Algunos de los presuntos espías norteamericanos han sido condenados a muerte, precisa la agencia Fars sin revelar la cifra exacta. El resto recibió penas de prisión de larga duración. Los miembros de la "red de espionaje" trabajaban en "centros sensibles y vitales, incluyendo de los sectores económico, nuclear, militar y cibernético", según la agencia.

Las autoridades estadounidenses aún no han hecho comentarios al respecto.

Las fotos de los "espías"

Las detenciones de los acusados tuvieron lugar el pasado marzo, pero no se han hecho públicas hasta este lunes, junto con fotos de los presuntos espías.

Horas más tarde, tras el anuncio del Ministerio de Inteligencia iraní, medios locales han difundido una serie de fotografías de los agentes arrestados. También se ha hecho público un video que, supuestamente, recoge el momento en el que un oficial de la CIA recluta a un iraní en Emiratos Árabes Unidos.

La agencia Reuters ha hecho referencia este lunes a la revelación de ciertas imágenes, aunque no de los presuntos espías, sino de varios agentes de la CIA que estarían en contacto con ellos. El medio no ha mostrado las fotografías en cuestión, no quedando claro si se trata o no de las mismas imágenes divulgadas por la prensa iraní.


"Terrorismo económico"

El mes pasado, el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní, Ali Shamkhani, declaró que se había descubierto y desmantelado una "gran red de espionaje cibernético", presuntamente administrada por la CIA, lo que derivó en varios arrestos de sus supuestos miembros. De momento, no se ha aclarado si ese caso está vinculado con las detenciones de este lunes.

El arresto de los supuestos funcionarios de Inteligencia estadounidense se produce en Irán tras meses de creciente tensión con Washington, que alcanzó su punto álgido el pasado mes de mayo tras la entrada en vigor de sanciones adicionales estadounidenses.

Las autoridades iraníes han reiterado en múltiples ocasiones que la República Islámica no quiere guerra con EE.UU. y que está dispuesta a volver a la mesa de negociaciones siempre que el país norteamericano regrese al acuerdo nuclear y levante las medidas punitivas impuestas a Teherán.

Según declaró este fin de semana el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, las restricciones estadounidenses "no pueden llamarse 'sanciones', ya que no están diseñadas para hacer cumplir las leyes", por lo que pueden considerarse "terrorismo económico".


Confrontación con el Reino Unido

Hace aproximadamente tres semanas, al enfrentamiento estadounidense-iraní también se ha sumado el Reino Unido. El 4 de julio, la Marina británica y la Policía de Gibraltar detuvieron en aguas del Estrecho un buque cisterna operado por Teherán, por llevar supuestamente crudo a Siria, violando así las sanciones impuestas por la Unión Europea contra Damasco.

Por su parte, Teherán denunció la retención de su buque como un acto de piratería y alegó que los pretextos legales con los que actúa el Reino Unido son "inválidos".

A su vez, los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria de Irán capturaron el pasado viernes el petrolero británico Stena Impero "por ignorar las normas y reglamentos marítimos internacionales al atravesar el estrecho de Ormuz", lo que fue calificado por Washington como evidencia de "la escalada de violencia" de Teherán.

Según el politólogo Aritz Saidi Olaortua, la incorporación de Londres al conflicto entre Teherán y Washington "no es sorprendente". "EE.UU. y el Reino Unido son prácticamente un mismo apendice" y "aliados íntimos" que "practican las mismas políticas internacionales", afirmó el analista. Al mismo tiempo, según el politólogo, "las directrices no convienen tanto a Londres, sino que vienen dictadas de Washington, aunque sean perjudiciales, en este caso, para el Reino Unido".