El exejecutivo de la Central Obrera Boliviana, Edgar 'Huracán' Ramírez afirmó el domingo que hablar de dictadura, como lo hacen varios sectores de la oposición, es una "estupidez", al recordar cómo en esos gobiernos se vulneraban los elementales derechos humanos, entre ellos, de locomoción y de expresión, más aún en regiones declaradas zonas militares, donde sus habitantes estaban sometidos al código militar.
"Denuncian que en Bolivia hay dictadura y lo denuncian por la prensa o personalmente. En Bolivia, en los periodos dictatoriales había toque de queda, pero en Bolivia no se podía hacer esa declaración. El año 1965, el 67 y también el 80 algunas zonas del país, como las minas y las fábricas son declaradas zonas militares y las disposiciones legales señalaban que todos los habitantes de estas zonas están bajo tuición del Código Penal Militar", recordó el exdirigente de la COB, en el Programa "El Pueblo es Noticia", que se difunde por los medios estatales.
"Sonrío cuando escucho dictadura, como si fuera un chiste, es una verdadera estupidez afirmar eso", complementó, al recordar que en esos gobiernos estaba prohibido caminar "entre tres personas" y peor hacer reuniones, "así sea de niños".
"Quienes acusan de dictadura son quienes defienden a los dictadores y quieren chantar a este proceso con el marbete de dictadura", puntualizó el también exdirigente minero, que personalmente sintió los rigores de esos gobiernos de facto, con detenciones y torturas.
A su juicio, quienes hicieron negocios con las dictaduras no están conformes con la nueva Constitución y con el actual Gobierno.
"Quisiera que nos digan que los recursos naturales son de propiedad del pueblo y que el pueblo debe industrializarlos, es el caso del litio. El litio en la década del 90 fue entregado a una empresa transnacional a cambio de 70 millones de dólares, ahora el Estado boliviano está industrializando el litio", refrendó.
Recordó que hace 39 años fueron asesinados, por el gobierno de facto de Luis García Meza Tejada, el líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz; los dirigentes Juan Carlos Flores y Gualberto Vega, tras el golpe de García Meza del 17 de julio de 1980, en las oficinas de la COB, en La Paz.
En esa línea, dijo que depende "de nosotros" seguir avanzando.
"Si llegan los otros, los que nos calumnian de dictadura, pienso que todo lo que tenemos vamos a perderlo, lo que queda es formular propuestas y seguir avanzando", sentenció.
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