Una investigación de «Bloomberg» descubre que la red social disponía hasta 2018 de dos sistemas de rastreo de noticias falsas procedentes de los usuarios
La batalla de las llamadas «fake news» que se ha recrudecido en el último año era un problema imaginario en 2016. Se manipulaba, se desinformaba, pero no estaba en el centro de la tormenta. Lo que vino entonces marca el cambio de la relación entre los usuarios y las redes sociales que, hasta entonces, parecían inocuas. Facebook lo sabía. Prefirió mirar hacia otro lado.
La multinacional estadounidense ha empleado desde 2016 una herramienta interna, conocida como «cazatormentas» («StormChaser», en inglés), diseñada para detectar bulos y falsedades, según una investigación de «Bloomberg». Aunque con una contrapartida; en lugar de aprovechar su potencial para sanear la plataforma lo empleó hasta el pasado 2018 para cazar “fake news” de sí mismo en sus servicios principales entre los que también se encuentra WhatsApp, la aplicación de mensajería más extendida del mundo.
El objetivo era rastrear y paralizar los «memes» de los que protagonista. Pero tuvo un impacto aún mayor: según la investigación se empleó el detector de mentiras para rastrear los bulos y teorías conspiranoicas sobre Facebook. Y se citan varios ejemplos: entonces surgieron dudas acerca de si la red social tenía acceso al micrófono de los teléfonos móviles de sus usuarios
Una polémica de la que incluso el propio Mark Zuckerberg, fundador de la compañía, tuvo que hacer referencia durante sus declaraciones en el Senado y Congreso de Estados Unidos. Pero también la red social quería saber el impacto de otra noticia falsa que sugería que el servicio iba a ser de pago. La multinacional pretendía conocer de cerca, en la medida de lo posible, lo que se decía de ella. Sobre todo para obtener datos de aquellos usuarios que estaban siendo críticos y se sumaban a la corriente a favor de eliminar sus perfiles.
No queda ahí la cosa, puesto que la plataforma también desarrolló otra herramienta, conocida como «la guardia de la noche» («Night Watch», en inglés, y como referencia a la serie «Juego de Tronos»), destinada a detectar informaciones de la empresa. Eso sí, solo menciones de actualidad, no contenidos falsos. Según «Bloomberg», los datos obtenidos se empleaban para conocer la opinión pública.
Algo que le servía, además, para planificar su estrategia comercial. También en WhatsApp, aunque el sistema de seguridad basado en la encriptación de los mensajes dificultaba su monitorización. Lo que se hacía entonces era rastrear las publicaciones en Facebook para detectar referencias sobre todos sus servicios. La lucha contra las «fake news» ha ido a mayores: en la actualidad, la multinacional dispone de un «ejército» de 30.000 revisores repartidos por todo el mundo que emplean sistemas de verificación automáticos.
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