En plena era de las «deep fakes», la inteligencia artificial muestra cómo se puede animar una fotografía o un cuadro con un gran realismo
«Más vale una imagen que mil palabras». Este dicho está condenado a la muerte en la era de las « deep fakes». A medida que las noticias falsas han evolucionado a costa de una nueva tendencia, los vídeos manipulados, el miedo a no saber distinguir si es real lo que aprecian nuestros ojos ha ganado el pulso de la inteligencia. No nos creemos nada, y lo que sí, lo ponemos en barbecho. Ante este escenario, un proyecto de Samsung ha retorcido aún más la capacidad de los algoritmos.
Samsung ha desarrollado un algoritmo ( PDF) capaz de animar fotografías y cuadros con tanto realismo que puede devolver a la «vida» a personalidades que llevan mucho tiempo en el reino de los muertos como Salvador Dalí o Albert Einstein o, incluso, personas que por la época en la que vivieron no existen imágenes salvo obras pictóricas como La Gioconda de Leonardo da Vinci.
A partir de una sola imagen, el sistema informático, que cuenta con modelos de Inteligencia Artificial, toma todos los detalles y realiza una simulación precisa de cómo sería el personaje en movimientos e intuyendo, además, los posibles gestos y voz del sujeto. Este avance, que se publicado por un laboratorio de inteligencia artificial de Samsung en Rusia, demuestra la capacidad de convertir de manera convincente obras de arte y fotografías de celebridades en imágenes en movimiento.
Esta tecnología tiene, sin embargo, muchas implicaciones a nivel ético porque abre la posibilidad de crear «falsificaciones profundas» muy convincentes. Videos que muestran a políticos e, incluso, a personas que murieron diciendo cosas que nunca dijeron creadas solo a partir de imágenes fijas de sus caras. La puerta al revisionismo histórico. En el caso de las pinturas, el sistema logró animar las imágenes empleando expresiones faciales de una persona real, mientras que las fotografías de personajes famosos como David Beckham se convirtieron en video usando imágenes de ellos.
Los investigadores han aplicado estos avances a famosos como Marilyn Monroe (fallecida en 1962) o Albert Einstein (fallecido en 1955) únicamente empleando los rasgos faciales móviles de otras personas. Con esta información, a posteriori, se generó un mapa de sus caras. Aunque este método no es nuevo, en logro de Samsung es conseguir este efecto de manera convincente y a partir de un solo paso.
Otro de los ejemplos ha sido la Mona Lisa. El grupo de investigadores mostró sus resultados en un video en donde se muestra en este caso que la pintura se «anima» pero se aprecia de manera diferente según la persona que se utilice como fuente de imagen para crear el movimiento. «Demostramos que este enfoque es capaz de aprender modelos de personas nuevas e incluso retratos, altamente realistas y personalizados», apuntan en un comunicado los autores.
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