La Razón ya publicó el domingo la primera parte de este sondeo de percepciones que partió buscando las preferencias electorales, cuando restan cinco meses para los comicios generales.
Cuatro de cada 10 bolivianos piensan que su situación económica mejorará en 2020, aunque el 60% considera que vive “mucho mejor” que sus papás. Además, el 71% cree que sus hijos estarán “mucho mejor”, según la encuesta de Tal Cual para La Razón.
Esta empresa recogió la información entre el 25 de abril y el 12 de mayo en ciudades y poblados rurales; tuvo una muestra de 2.250 entrevistas con un margen de error máximo de 2,5 puntos.
La Razón ya publicó el domingo la primera parte de este sondeo de percepciones que partió buscando las preferencias electorales, cuando restan cinco meses para los comicios generales.
En esta segunda parte, el 44% de los encuestados señaló que en 2020 su situación económica personal “será igual de buena” y que incluso “mejorará. En tanto, un 40,31% —casi cuatro puntos por debajo— dijo que actualmente, en 2019, su situación económica mejora y que se mantuvo en una casilla positiva con relación a 2018.
Y si bien el 52% indicó que su situación es mala y que empeoró con relación a 2018, el 47% señala que en 2020 será peor. Aquello significa una reducción de pesimismo de 52% a 47%, unos cinco puntos. (Ver infografía).
COMPARACIÓN. Ahora bien, un 60% —seis de cada 10 bolivianos— mencionó que hoy vive mejor que lo que les tocó a sus padres y un 71% proyectó que la situación de sus hijos será, en general, “mucho mejor” y “algo mejor”. El dato refleja, de este modo, un elevado indicador de esperanza en el futuro.
La encuesta de Tal Cual tocó las puertas de ciudadanos en 17 ciudades intermedias. Allí, el 60,27% respondió que tienen una vida “mejor” que la que les tocó vivir a sus progenitores. En las nueve ciudades capitales más El Alto este indicador llegó al 61%, mientras que en el área rural (el cuestionario se aplicó en 31 poblados del campo) fue del 54,66%
Los encuestadores también preguntaron sobre la esperanza en el futuro; respecto a cómo creen que será la vida de sus hijos. El 71% afirmó que ese futuro será “mucho mejor” y “algo mejor” frente al indicador de pesimismo del 21,29% que llegó a contestar que la situación incluso empeorará.
RAZONES. La geógrafa social Kate MacLean, que hizo estudios en La Paz sobre cómo algunas élites económicas han emergido de zonas populares, atribuye estas respuestas al “boom económico que se activó desde 2006 (en Bolivia con la nacionalización de los hidrocarburos) y también a la inversión en los derechos sociales”.
En abril de 2018, el Instituto Nacional de Estadística (INE) informó que el nivel de pobreza en el país bajó al 36,4% en 2017, comparado con el 59,9% que se tenía en 2006. Eso significa una diferencia de 23,5 puntos porcentuales.
A ello se debe sumar, que en abril de este año, el Ministerio de Economía dio cuenta que la clase media subió en Bolivia, llegó al 62%, que supera el 35% de 2005.
Sobre este segundo punto, la geógrafa MacLean cree, además, que la población es optimista respecto al futuro de sus hijos, “por la riqueza, por los ingresos (económicos en la familia) y la inversión que hacen en la educación de los niños en Bolivia o enviándolos afuera del país a Estados Unidos o México”. MacLean participó esta semana del seminario “Radiografías urbanas del Sur en La Paz”.
Ese “boom económico”, del cual habla la canadiense MacLean se puede reflejar quizás en que en 13 años, según comunicó el presidente Evo Morales el 22 de enero de este año, el Producto Interno Bruto (PIB) creció en 327%.
El año pasado, el PIB cerró en 4,22%, de acuerdo con datos del INE y las proyecciones para este año es llegar al 4,7%, según las proyecciones del Ministerio de Economía y Finanzas. El indicador es el más alto proyectado para América del Sur.
El reto de las expectativas
Por Verónica Paz
Las percepciones sobre la situación económica familiar en relación a 2018 muestran una sensación casi generalizada de statu quo: seis de cada 10 encuestados sienten que la situación económica es igual, independientemente de si ésta sea “igual de buena” o “igual de mala”. Es evidente también un mayor optimismo en ciudades intermedias en comparación con las capitales y poblados rurales. Las percepciones coinciden con la ralentización de la reducción de la pobreza y desigualdad, reflejadas en estadísticas oficiales, que retan la sostenibilidad del progreso económico y social alcanzados.
Las expectativas de la situación económica para el próximo año muestran un moderado mayor optimismo que se traduce que una de cinco personas considere que la situación será “mucho mejor”. Sin embargo, no cambia el predominio del statu quo. En cuanto a la percepción diferenciada entre las poblaciones de los nueve departamentos, llama la atención la satisfacción positiva en relación a la situación en los departamentos de Tarija y Santa Cruz donde casi cinco de cada 10 encuestados perciben una situación “mejor” o “igual de buena” con relación a la del año pasado”, optimismo que se reproduce en las expectativas para 2020.
En cuanto a la sensación de movilidad intergeneracional, seis de cada 10 bolivianos perciben que su situación es mejor a las de sus padres. Se observa una leve mayor sensación de progreso en las áreas urbanas con relación a las áreas rurales. Esta lectura coincide con la notable expansión de población en estratos medios de ingreso, evidenciada en estudios recientes. Un mensaje detrás de estos datos es que las expectativas sobre el bienestar de las próximas generaciones no se agotan con los logros alcanzados hasta hoy.
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