Dos exalumnos armados con una pistola y cuchillos mataron a varias personas en Sao Paulo.
Un suburbio de Sao Paulo se preparaba para enterrar a sus muertos el jueves mientras sigue buscando los motivos por los que dos antiguos alumnos enmascarados y armados con una pistola, cuchillos, hachas y arcos mataron a cinco adolescentes y dos adultos antes de suicidarse en la víspera.
Según las autoridades, los asaltantes también balearon y mataron al propietario de un negocio de autos usados cercano antes de la masacre en la escuela Profesor Raúl Brasil en Suzano, un suburbio de la ciudad más grande del país.
Brasil tiene la tasa anual de homicidios más alta de mundo, pero no es habitual que ocurran en escuelas. En 2011, 12 estudiantes murieron a manos de un pistolero que recorrió los pasillos de un centro en Río de Janeiro.
Además de los cinco estudiantes, entre las víctimas había una maestra y un director de la institución, señaló Joao Camilo Pires de Campos, secretario de Seguridad Pública del estado. Otras nueve personas resultaron heridas, agregó.
“Este es el día más triste de mi vida”, dijo de Campos a reporteros en el exterior del centro.
Los estudiantes muertos serán enterrados este jueves.
Las autoridades identificaron a los agresores como Guilherme Taucci Monteiro, de 17 años, y Henrique de Castro, de 25.
“La gran pregunta es: ¿Cuál fue el móvil de estos exalumnos?”, planteó de Campos.
La madre de Monteiro, Tatiana Taucci, ofreció una posible respuesta. Escondiendo su rostro de la cámara de la televisora Band News, comentó que su hijo había sufrido abusos en la escuela.
“Le llaman bullying... Dejó de ir a la escuela... a causa de eso”, contó añadiendo que estaba sorprendida por la participación de su hijo en el ataque, del que se enteró a través de la televisión, como todo el mundo.
Minutos antes del incidente, Monteiro había publicado 26 fotografías en su perfil de Facebook, incluidas varias con pistolas y una en la que aparecía mostrando el dedo corazón mientras miraba a cámara.
En algunas de las imágenes tenía una bufanda negra con una calavera blanca y huesos cruzados. Ningún texto acompañaba a las fotografías.
Para el miércoles por la tarde, Facebook había retirado la cuenta de Monteiro.
Durante el ataque, Monteiro comenzó a disparar con una pistola calibre .38 y de Castro utilizó un arco, explicó el funcionario estatal. Los forenses determinarán cómo murió cada una de las víctimas, apuntó.
Los atacantes también llevaban bombas molotov, cuchillos y hachas pequeñas, dijeron las autoridades.
“En mis 34 años como policía, es la primera vez que veo que alguien utiliza un arco de esa forma”, señaló el coronel de la policía Marcelo Salles. “Es horrendo”.
Cuando llegó la policía, los agresores estaban intentando entrar a una sala ubicada en la parte trasera de la escuela donde se habían escondido muchos estudiantes. En lugar de enfrentar a los agentes, Monteiro disparó a de Castro en la cabeza y luego se suicidó, explicaron las autoridades.
En el exterior de la escuela, los alumnos relataron ataques horribles y dijeron que vieron varios cuerpos tendidos sobre charcos de sangre.
Kelly Milene Guerra Cardoso, de 16 años, contó que se escondió con otros estudiantes en la cafetería del centro, cerraron la puerta con llave y se acostaron en el piso.
“Nos quedamos ahí hasta que abrieron la puerta. Pensamos que eran los atacantes que venían por nosotros, pero era la policía”, dijo. “Nos dijeron que empezáramos a correr”.
Horacio Pereira Nunes, un jubilado cuya casa está junto a la escuela, dijo que escuchó disparos alrededor de las 10:00 de la mañana.
“Luego muchos niños empezaron a salir corriendo, todos gritando”, añadió. “La policía no tardó mucho en llegar”.
La escuela pública Profesor Raúl Brasil tiene más de 1,600 alumnos de primaria y secundaria, dijeron maestros reunidos fuera.
Durante la campaña electoral, el presidente Jair Bolsonaro prometió atajar la delincuencia, en parte facilitando el acceso a armas. Poco después de asumir el cargo el pasado 1 de enero, emitió un decreto facilitando su venta.
La masacre de Suzano se produce dos meses después de que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, firmara un decreto que flexibiliza la compra y tenencia de armas de fuego, lo que desató una intensa polémica en el país y duras críticas por parte de algunos sectores de la sociedad.
En su cuenta de Twitter, el mandatario lamentó la tragedia y prestó sus condolencias a las familias de las víctimas "del inhumano atentado ocurrido".
“Una monstruosidad y cobardía inigualable”, escribió Bolsonaro en un tuit en el que ofreció sus condolencias a las familias de las víctimas del ataque.
En forma similar a los argumentos de los defensores de una menor regulación de armas en Estados Unidos, Bolsonaro y sus simpatizantes argumentan que un mayor acceso a las armas mejorará el combate a la delincuencia.
El senador Major Olímpio, miembro del partido de Bolsonaro y partidario de flexibilizar las leyes de armas, repitió su argumento horas después del tiroteo.
“No podemos dejar que aquellos que sacan provecho de esta tragedia hablen de que el desarme es la solución”, tuiteó. “Una ‘farsa de desarme’ débil y vergonzosa, les dio pistolas a los criminales y evitó la autodefensa”.
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