La falta de cisternas municipales prolongó incendio en botadero


Un sector del botadero de Quillacollo se quemó durante casi siete horas, ayer. El fuego pudo haberse controlado en la primera hora de trabajo, pero los Bomberos no contaban con las cisternas de agua necesarias y la Alcaldía no enviaba apoyo, informó el responsable de la unidad, Richard Coronel.

Vecinos del lugar dieron la alerta a los Bomberos de Quillacollo al promediar las 11:00. Ante esta situación, se envió a 10 personas con dos carros y una cisterna con capacidad de 16.500 litros que llegaron en poco más de 15 minutos.

Pero para controlar el fuego era necesario tener a disposición 50.000 litros de agua al menos de manera continua. Cerca a las 13:00 el agua se terminó y los Bomberos tuvieron que esperar una hora hasta que llegaran las cisternas.

“En primera instancia (el fuego) no era de tanta magnitud, pero la falta de cisternas del municipio dificultaron la tarea. Además, el viento generó que se expanda y magnifique. Esto es lamentable. No es la primera vez que la Alcaldía de Quillacollo no responde ante los incendios que ocurren en su jurisdicción”, lamentó Coronel.

En los siguientes minutos llegaron también voluntarios del SAR Bolivia, GEOS y la Unidad de Gestión de Riesgos.  El fuego seguía y el humo alcanzaba más de 30 metros, que podía divisarse a varios kilómetros de distancia. Además, el humo llegó hasta Tiquipaya, al promediar las 17:00.

A esto se suman los malos olores que se percibían en la zona y el polvo levantado por el viento.

El lugar donde se registró el incendio es un área donde se deposita la basura domiciliaria común. La hipótesis que se maneja es que el fuego habría sido provocado, pero de manera accidental por algunos colectores de basura reciclable que estaban trabajando en el lugar.

Bomberos y vecinos indicaron que los incendios en la zona son comunes. Y es que para ingresar al botadero, ayer, no había ningún control. Adentro se encontraban algunos vecinos, colectores y también niños que jugaban alrededor de quienes apagaban el fuego.

50 mil litros para apagar fuego necesitaban los Bomberos y los voluntarios que trabajaban en el botadero de Quillacollo, pero no tenían apoyo.

CIUDADANOS SE SENSIBILIZAN

Los últimos años Cochabamba vivió una serie de incendios que despertaron la sensibilidad de varias personas. Es así que, hoy por hoy, esta gente acude con leche, agua y refrigerios para los voluntarios cada vez que se conoce sobre algún siniestro.

Se trata de personas anónimas que conocen de los hechos por las redes sociales. Ellas no faltaron, ayer. Al igual que grupos de rescate voluntario que se están generando y preparando para acudir a este tipo de hechos.

Muchos de ellos aseguran que si falta el apoyo de las autoridades, entonces es la misma ciudadanía la que debe luchar por los derechos.