Cuidado: puedes perder WhatsApp si incumples alguna de estas normas

La «app» se ha convertido en uno de servicios de comunicación más populares entre los usuarios, sin embargo, si se incumplen los terminos de uso se puede perder el acceso a la plataforma


WhatsApp ha revolucionado completamente la forma en la que la gente se comunica. Tanto, que cada vez es más difícil encontrar a una persona que no emplee la «app» de mensajería. Pues bien, imagine cómo le afectaría a su día a día si, de pronto, se le prohíbe continuar empleando la plataforma. Cosa que puede ocurrir. Buena muestra de ello es el caso de unos estudiantes de económicas de la Universidad de Oviedo que han perdido sus cuentas por utilizar como nombre en un grupo «Pornografía infantil». Y es que, según se apunta en sus términos de servicio, la aplicación prohíbe el uso de «formas que sean ilegales, obscenas, difamatorias, amenazantes, intimidantes, acosadoras, agresivas, ofensivas desde el punto de vista racial o étnico, o que promuevan o fomenten conductas que serían ilegales, o de otro modo inadecuadas, incluida la promoción de delitos violentos».
Cuando se cierra una cuenta, WhatsApp se pone en contacto con el infractor a través de una alerta en la que le informa que su número de teléfono «no está autorizado para usar nuestro servicio» y le insta a «contactar con soporte para obtener ayuda» a través del envío de un mensaje a la direción support@whatsapp.com. En principio, en un plazo máximo de 72 horas se analizará la situación y, en caso de que la plataforma opte por mantener el cierre, la cuenta desaparecerá de manera definitiva. La única forma de volver a utilizar el servicio pasaría por adquirir una nueva tarjeta SIM con un número de teléfono diferente.
A continuación recogemos los motivos por los que un usuario puede perder el control de su cuenta de WhatsApp.

Hacerse pasar por otro

La plataforma prohíbe en sus condiciones de uso que una persona se haga pasar por otra. Si la «app» descubre que es posible que un usuario esté tratando de suplantar a un tercero, realizará una investigación interna. En caso de que lleguen a la conclusión de que la suplantación ha tenido lugar, el infractor puede perder su cuenta.

Compartir contenido protegido

WhatsApp informa a sus usuarios que pueden cometer una infracción grave, y por tanto ser suspendidos, si se emplea el servicio para compartir contenidos protegidos por derechos de autor o propiedad intelectual. La plataforma propiedad de Facebook puede penalizar a los usuarios en casos en los que se actue de manera ilegal, envíen escenas obscenas, ofensivas desde el punto de vista racial o étnico o que «promuevan o fomenten conductas que serían ilegales». Algo similar a lo que provocó que los estudiantes de la Universidad de Oviedo perdiesen sus cuentas.

Recibir demasiadas denuncias

WhatsApp no recoge en su normativa el número exacto de bloqueos que debe tener un usuario para eliminar su cuenta. Sin embargo, en caso de que se convierta en algo recurrente, lo estudiará con el fin de dictaminar si le mantiene el servicio o lo retira. Hay que tener en cuenta que la plataforma prohíbe de forma taxativa el acoso a terceros a través de la aplicación.

Crear mucho grupos con desconocidos

Hay que tener ojo con los números que se añaden a los grupos en WhatsApp. En caso de que se creen muchos grupos y se añadan numerosos usuarios que no aparecen guardados en la lista de contactos, la plataforma puede estudiar la posibilidad de eliminar la cuenta de la persona que está detrás.

Hacer «spam» o enviar virus informáticos

Si un usuario envía comunicaciones ilegales o inadmisibles como mensajería masiva, mensajes de manera automática con el empleo de diferntes programas informáticos para hacer, entre otras cosas, publicidad de productos o servicios, marcado automático y metodologías similares, WhatsApp puede bloquear la cuenta y, en algunos casos, eliminarla de manera definitiva. Tampoco se debe, directamente o a través de medios automatizados, aplicar ingeniería inversa, alterar, modificar, crear obras derivadas, descompilar o extraer código de los servicios, así como enviar, almacenar o transmitir un virus u otro código informático dañino.