Cómo vencer a tus enemigos digitales

La mayoría de los «haters» conocen a sus víctimas y se les puede localizar con relativa facilidad tras un «exhaustivo trabajo de campo» porque «siempre fallan en algo», rezan los expertos


La envidia y no aceptar una negativa por respuesta son los principales motivos de los acosadores digitales («haters») para llegar a convertir en un infierno la vida de una persona, un hostigamiento en auge que en España se ensaña con mujeres jóvenes de 15 a 25 años.
La mayoría de los «haters» (enemigos) conocen a sus víctimas y se les puede localizar con relativa facilidad tras un «exhaustivo trabajo de campo» porque «siempre fallan en algo», explica a EFE la abogada penalista Sara Antúnez, presidenta de la asociación Stop Haters. Desde su creación en octubre de 2017, esta organización sin ánimo de lucro de lucha contra el acoso en internet ha recibido casi 1.600 peticiones de ayuda y logrado una de las condenas más altas dictadas en España hasta la fecha por este delito: nueve años de prisión para un hombre que hostigó a una antigua compañera de trabajo.
Actualmente en prisión provisional en Madrid, el hombre fue condenado en julio pasado por acoso continuado, amenazas, coacciones, vejaciones y quebrantamiento de medidas cautelares. Durante años intimidó a su excompañera: primero en la red y después en la vida real, incluidas persecuciones en carretera, señala Antúnez. La última reforma de 2015 del Código Penal introdujo en su artículo 172 el acoso persistente («stalking») para referirse a un delito que afecta a la libertad y seguridad de la víctima. Las penas van de 3 meses a 2 años de cárcel, explica Antúnez, pero en este caso la condena fue tan elevada al sumársele el resto de delitos mencionados.

Diferentes perfiles

El objetivo de la institución que se dedica en exclusiva al acoso a adultos, es asesorar a la víctima, mediar, atajar al acosador y acudir a los tribunales en casos extremos. Para ello cuenta con un equipo de abogados, psicólogos e informáticos. La tipología de «odiadores» es variada, desde hombres que molestan a mujeres jóvenes en redes; socios de negocios que acaban mal e intentan hundir al otro con críticas destructivas e incluso personas despechadas que no superan una ruptura.
En general, una llamada de la asociación al acosador para exponerle las consecuencias legales de su conducta delictiva basta para hacerle desistir. El mayor porcentaje de las víctimas corresponde a mujeres de entre 15 y 25 años, al colectivo LGTBI y a personas con discapacidad; y entre las motivaciones principales figuran la envidia y no querer aceptar la negativa por respuesta, no solo en el terreno sentimental.

Dirigirse al acosador y capturar pruebas

«Vivimos en una sociedad de la inmediatez: quiero esto y lo quiero ya», subraya Antúnez al respecto, quien apunta al aparente anonimato en la red como otra de las causas del auge de estos delitos. ¿Qué hacer ante estas situaciones? Lo primero es pedirle al «hater» que cese en su conducta; lo segundo, capturar todas las pruebas en la red; tercero, ignorarle; cuarto, bloquearle, y quinto, acudir a las autoridades si continúa el asedio.
Uno de los casos más sangrantes, y en parte una de las razones por las que se fundó la organización, fue el de una joven que desconocía que el «Hater» era uno de sus mejores amigos: creaba perfiles falsos, subía fotos suyas a páginas de contacto e incluso llegó a decir en su nombre que le gustaría ser violada por varios hombres y que no se detuvieran si al principio se negaba porque era lo que le gustaba.