Una de las grandes figuras de este Mundial ya está preparando las maletas. Egipto puede decir adiós hoy mismo si Uruguay consigue al menos un empate frente a Arabia. Y con él se irá también Salah.
El futbolista del Liverpool regresaba al equipo después de no jugar un minuto en el primer partido ante Uruguay. Era la gran esperanza del país africano, que se enfrentaba a una Rusia que sorprendió a todos en su debut mundialista. Salah no fue suficiente y demostró que el resto del equipo dista mucho de ser competitivo en un Mundial.
Fue el futbolista más peligroso de su selección. Tuvo una excelente ocasión en la primera mitad que pudo cambiar el rumbo del partido. Los primeros 45 minutos fueron muy igualadas y en los últimos instantes, Salah recibió un balón en la frontal, hizo un reverso y lanzó un disparo con rosca que salió rozando el poste. Si hubiera entrado, la suerte egipcia seguramente habría cambiado.
Pero no fue así y la salida del equipo ruso en la reanudación dejó sentenciado el choque. A pesar del mazazo del 3-0, Salah no tiró la toalla y buscó el milagro. Provocó un penalti que él mismo transformaría, pero aquí se acabó la reacción. Rusia supo mantener la distancia y Egipto ya se prepara para decir adiós.
Los problemas físicos de la estrella de Egipto le han condenado. Con su presencia, su equipo seguramente no habría perdido el primer partido ante Uruguay, pero Cúper entendió entonces que no estaba recuperado del todo. De hecho, ayer se le vio que no estaba físcamente al ciento por ciento. 90 minutos de Salah son pocos para una selección como Egipto.
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