Ticona prevé que mejoren las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica

En sus casi 81 años de vida, el futuro Cardenal de Bolvia fue lustrabotas, minero, alcalde, sacerdote y hasta jefe de una cervecería. Hoy fue presentado y recordó que mantiene una buena relación con el Presidente, aunque cuestionó la construcción de la Casa Grande del Pueblo.

El nuevo cardenal de Bolivia, Toribio Ticona, en su presentación ante los medios de comunicación.

Quien asumirá como nuevo cardenal de Bolivia el 29 de junio, Toribio Ticona Porco, consideró que ocupar ese cargo religioso “es un servicio y un trabajo más duro todavía” y expresó su esperanza en avanzar en un mejor relacionamiento entre el Estado y la Iglesia Católica, aunque luego cuestionó la construcción de la Casa Grande del Pueblo por considerar que representa “mucho lujo”.

"Creo que la Iglesia y el Estado no tenemos que estar tan alejados, pero hay que arreglar algunos puntos que son fundamentales para la buena marcha, tanto del Estado como de la Iglesia", afirmó durante una confererncia de prensa en la que fue presentado a los medios de comunicación por la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB).

Allí contó que tenía una buena relación con el presidente Evo Morales, ya que le ofreció alojamiento cuando entonces realizaba sus movilizaciones de protesta en su condición de máximo lider de los cocaleros del Chepare. "De verdad quisiéramos un acercamiento, un diálogo sincero, porque al final vivir enojados, separados, y atacándonos unos a otros no es el camino", insistió.

El nuevo líder de la Iglesia Católica ha paseado su alegría y humildad para contar anécdotas como la vez que construyó una iglesia después de ganar un desafío “tomando cerveza”.

“Es un servicio y un trabajo más duro todavía. No es tan fácil, pero con ayuda de Dios espero poder cumplir y hacer lo posible (…) por la emoción no he podido dormir toda la noche”, contó en una entrevista con la red Gigavisión poco antes de la conferencia de prensa de la CEB.

Entregó su vida a Dios “en todo” en sus casi 81 años de vida. Fue lustrabotas, minero, alcalde, sacerdote y obispo, hasta ayer cuando, en el Vaticano, el papa Francisco leyó su nombre para nombrarlo Cardenal de Bolivia junto con otros 13.


El próximo 29 de junio asumirá su lugar en el purpurado después de que se reúna el consistorio, un consejo que celebra el papa de la Iglesia Romana con los cardenales.

Su vida estuvo marcada primero por la pobreza y luego por la austeridad. Quizá por eso consideró este lunes, durante su presentación oficial ante los medios, que la Casa Grande del Pueblo que se construye como el nuevo edificio de Gobierno, “me parece demasiado lujo”.

Su llegada al sitial no estaba prevista. En una entrevista con la red Unitel contó este lunes que “el monseñor Sergio Gualberti de Santa Cruz era posible candidato, el monseñor Edmundo Abastaflor, el arzobispo de La Paz también y así muchos otros”.

“Yo era el último de los más sencillos. Nunca había pensado ser cardenal. Como dice el evangelio, ‘los últimos serán los primeros’. Todavía no puedo imaginarme”, comentó.

El todavía prelado emérito de Coro Coro no tendrá derecho a voto para elegir al sucesor del Santo Padre debido a que supera los 80 años. Su designación, además de otros dos, —el padre español claretiano Aquilino Bocos y el arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Xalapa, Veracruz (México), Sergio Obeso Rivera— es más porque “se han distinguido por su servicio a la Iglesia”, dijo Francisco.

“Pienso siempre que Dios tiene sus razones, a veces la mente del hombre ignora, yo que nunca había pensado ser ni sacerdote ni obispo, ahora mucho menos cardenal, pero así son los designios de Dios”, dijo en Unitel.

“Hay que saber aceptar como la Virgen María que dijo ‘he aquí la esclava de Señor’ y yo quiero decir ‘he aquí el ciervo de Dios, el discípulo, el obrero del Señor para hacer la voluntad de Dios”, añadió el religioso que tiene una estrecha amistad con el Papa y conoció al presidente Morales “en las marchas”. El Jefe del Estado boliviano ha ponderado su designación.

El potosino nacido el 23 de mayo de 1937 fue lustrabotas, canillita, albañil, mecánico de vehículos minero del Cerro Rico, jefe en la Cervecería Nacional de Potosí, alcalde y sacerdote. Esas ocupaciones sellaron su ruta en el sacerdocio.

A poco de ordenarse como cura, fue enviado a la mina del municipio Chacarilla, en La Paz, donde por azares de la vida ocupó también el cargo de alcalde por 13 años, durante la dictadura. Con la sotana oficiaba misas para luego quitársela y hacer obras.

En esas circunstancias surgió el desafío con un dirigente minero, de quien recibía insultos, que primero era sobre faenas de minería y después acabó con una competencia para tomar cerveza.

“Viene la primera botella, la segunda, en la tercera él se rinde, yo estaba sano todavía y entonces me dice ‘desde ahora eres mi gran amigo, pedime lo que quieras”, recordó.

Así, con la ayuda de los mineros, edificó una iglesia en el poblado. “Logramos una mita por trabajador y construí la iglesia. Pero estando en Alemania sale un artículo en una revista Paulinus: ‘Un obispo construye una Iglesia tomando cerveza’ y esa fue la verdad también”, rememoró.

Varios políticos, además del presidente Morales, han destacado su designación, su carácter humilde y le han augurado una excelente apostolado.