*Camilo Katari
Un aire de galantería y de soberbia se muestran en
este medio de prensa que, después de ocho años de su fundación, se dice
realizar un periodismo que asume un “compromiso y servicio de calidad”, con el
componente de jurarse y perjurarse ser un periodismo con principios universales
de una prensa libre e independiente.
Pero ¿podrá ser cierto el compromiso por la calidad y
seriedad de la información que brindan, cuando lo que venden a diario es un
abierto ataque frontal con el gobierno arguyendo a gritos que viven una asfixia
económica por la ausencia de apoyo publicitario y boicot a su medio?
Pero también será cierto que, por el sólo hecho de
confrontar al gobierno les lleve a olvidar principios como la ética y que
claramente nos demuestra con ocho años de su experiencia, pueden no estar en
concordancia de lo que diga el gobierno, pero ante la sociedad y sus lectores,
es una falta de responsabilidad con esa ética que, como se ve, parece que la
archivaron después del segundo año de su fundación.
De ellos, a decir verdad, ya nos parecen frívolos y
los consideramos poco o nada responsable y veraces. Para quienes hacen
seguimiento informativo, seguramente están hartos de ver cómo se hace un show
mediático con la muerte y cómo inventan noticias increíbles y macabras para
aumentar su rating.
Página Siete se arma muy bien siguiendo una estrategia
para atacar al gobierno a través de la Agenda Setting, que como decían
Mccombs y Shaw, este tipo de medios pueden tener en sus manos la priorización y
jerarquización de determinados temas, influyendo en las preocupaciones e
imaginarios de los grupos de personas a los que va dirigido.
De alguna manera es la versión (pos) moderna del dicho
de Goebbels de que una mentira repetida mil veces se termina convirtiendo en
una verdad. En el caso Zapata, y sobre todo a raíz de la “polémica” sobre el
presunto hijo del Presidente, está claro que Pagina Siete junto a otros medios
“hermanos” (ANF, ERBOL, El Deber…) instalaron el tema por encima de otras
noticias más importantes, con el único objetivo de erosionar la figura del
Presidente Evo Morales, apelando a imaginarios de las clases medias. Así metió
la otra mentira, asegurando la muerte de un bebé durante
la 8va Marcha del TIPNIS, para mostrar que hay que igualar a los anteriores gobiernos que, según éste
medio, no “respetan los derechos humanos”.
Afirmar lo que decimos, lo coloca a este medio tan
cerca de los otros, que mucha gente también ya ha encontrado el parecido con las
cadenas como CNN, El País de España; Televisa, de México; Clarín, de Argentina;
Globo, de Brasil; El Mercurio, de Chile, y a RCN y Caracol, de Colombia y otros
similares.
Por lo demás, no hay duda que también Pagina Siete,
sigue la estrategia de Guerra de Cuarta Generación, y que encontró en los
jóvenes, una presa fácil para manipular por una serie de condiciones objetivas,
a la fuerza social más importante para el despliegue de esta estrategia, que
encuentra terreno fértil no tanto por su mayor identificación con las redes
sociales (Facebook, Twitter y otros), sino por el abandono político e
ideológico del que son objeto.
El otro recurso que utiliza este medio para alimentar
su línea editorial en complicidad con esa estrategia de desgaste aplicado desde
las oficinas del nuevo Plan Cóndor Neoliberal junto al grupo de los cuatro
(ANF, El Deber, ERBOL), es tener a columnistas y opinadores a periodistas
que transitaron muy estrechamente a grandes redes de medios e influyentes
empresarios neoliberales que defendieron y aun defienden la política de
restauración neoliberal inclinados hacia determinados intereses.
Ahí los tenemos en el desfile de renombrados políticos
del pasado que estuvieron cerca a Sánchez de Lozada: Francesco Zaratti, el ex
candidato adenista, Iván Arias, Ericka Brockman, ex senadora del MIR, Ricardo
Paz, de CONDEPA, Carlos Toranzo, Guillermo Mariaca, Guadalupe Cajías y el
propio Carlos Mesa, vinculados al MNR, tan solo un ejemplo de quienes dicen
expresar un periodismo con equilibrio y pluralidad.
Claro que también hay una larga lista de periodistas
comedidos que sirven con su opinión, a azuzar el clima de la confrontación que
el periódico le pone en su portada, cargado de sensacionalismo y odio visceral
como es Andrés Gómez Vela, Raúl Peñaranda, Alfonso Gumucio, Agustín Echalar,
Illya Fortun, Puca Reyes Villa y, otros que hay por ahí, que no siendo de ese
montón, se arriman con tono ecléctico y amarillento, para dar consejitos
al gobierno.
El futuro del que hablaba Pulitzer es nuestro
presente: la prensa corrupta y mentirosa pone a la gente a que repita sus
mentiras como si estas fueran verdades. Amarillismo puro y duro. Sin embargo,
el lingüista Noam Chomsky es más contundente: considera que la manipulación
puede destruir los cerebros, y, por eso mismo, es más peligrosa que las bombas
atómicas.
Finalmente, leí en un libro del periodista español
Pascual Serrano un aforismo que pertenece al periodista Santiago Alba y dice
que: “es mil veces mejor romper la pluma antes que venderla”. Hoy, el
periodismo mentiroso, manipulador y falto de ética, camina tomado de las manos,
destruyendo la dignidad de los pueblos y faltando a la verdad.
En otro aniversario de la Libertad de Prensa, seguimos
en el gran desafío de encontrar a los verdaderos militantes de la verdad, y no
aquellos que destilan vaciedad, impulsados por la necedad. Son malos estos
tiempos para la ética, pero buenos tiempos para construir la verdad sin
influencia de nadie.
*Camilo Katari, es escritor e
historiador potosino
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